Afrikaans, alemán, inglés, turco, ruso, gallego, vasco, chino, esperanto… y así hasta 49 idiomas diferentes. Son el total de versiones que existen de Platero y yo. La obra más popular de Juan Ramón Jiménez, publicada el 12 de diciembre de 1914, es uno de los libros más traducidos de la historia, solo superado por La Biblia y Don Quijote de la Mancha.
Platero y yo: La primera vez que Platero se presentó al mundo como un burro “pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón” fue hace justo 100 años, aunque lo hizo de manera incompleta. Esa primera versión de Ediciones La Lectura sólo tenía 63 capítulos. La editorial pagó 500 pesetas (3 euros) a Juan Ramón Jiménez y sólo se publicaron 3 mil ejemplares. Era un adelanto de lo que llegaría tres años después. En 1917, Juan Ramón Jiménez publicó la obra definitiva con 138 episodios.
Siempre utilizado en la escuela uruguaya ahora damos paso a : Platero y Yo -Trabajos de los alumnos de escuela 11 de Melo-
• Platero es un burrito que un tipo crió de chiquito. Era tan bueno ese burrito que le escribió un libro el burrito parecía que siempre lo escuchaba con sus orejotas..
• Platero es pequeño peludo suave pero tiene el corazón de acero y el pelo de algodón.
• Hay una perra creo que se llama Diana que hace como que le muerde el hocico a Platero y este se ríe de contento.
• Platero se ensartó una espina de naranjo y gritaba como loco hasta que el dueño se la sacó y le lavó la pata en el arroyo.
• Platero miraba la luna y se veía reflejado en ella.
• Los ojos de Platero parecen dos bochones que alumbran con la luz y brillan en la noche.
• Platero comía naranjas no se como nunca se atoró, en mi barrio una vaca se tragó una naranja y casi se murió atorada diga que la dueña le sacó la naranja con un gancho de alambre si no se quedaba sin vaca que la usaba para ordeñarla y vender la leche.
• A Platero le gusta jugar con una perrita blanca y una vez quedó muy triste porque un tipo mató de un balazo a un pobre perro sarnoso y la perrita se escondió abajo de la cama pero Platero probó y no entraba..
• Una vez una niña llevaba un carrito tirado por un pobre burro reseco y Platero la ayudó. Los dos se quedaron muy contentos el sr Jiménez convidó a ese otro burrito con naranjas. Se ve que los burros son locos por la naranja.
• El dueño de Platero vivía solo y se entretenía conversando con él. Era un burrito más gente que mucha de la gente que conozco.
• Platero se murió y su dueño lo enterró en el fondo del jardín.
• Nunca vi un burro de 4 patas de dos muchos, aquí hay unos cuantos y también comen naranjas.
• Platero jugaba con una niña chica y nunca la pateó después esa niña se murió y hasta Platero lloró!
• Para los niños Platero es un juguete vivo incapaz de patearlos es un burrito muy educado.
• Cuando Juan Ramón sale a caballo en el burrito una manga de minchos del Barrio le gritan Loco!! Loco!! Es que parece un loco todo barbudo y de sombrero y con las patas colgando del burrito.
• Aquí en mi barrio hay un Sr. Que tiene un burrito para cargar arena pero ni cerca de ese tal Platero se llama Agustín pero si te acercás para tocarlo te tira patadas que si te agarra te parte la cabeza!! Es un burro de muy mal humor.
• Los burros son como la gente hay unos dulces y buenos como ese platero y otros cascarrabias y de mal humor como ese de mi vecino.
• “Platero y yo (elegía andaluza), más conocido de forma abreviada como Platero y yo, es una narración lírica de Juan Ramón Jiménez que recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero, dedicada “a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles”. Eso lo copié del principio del libro de Platero que nos prestó el maestro porque me gustó ya que Ramón Jiménez que en 1956 fue premio Nobel de literatura le dedicó el libro a una pobre loca de su barrio.
• Platero se pasa lastimando tiene accidentes d
e todo tipo que le causan dolor: pisa una espina, lo pica una sanguijuela, lo pican los tábanos, lo patea un potro, además se enferma y se muere y el poeta, lo entierra cerca de su casa. Es un burrito muy humano para el autor es como una persona o mejor que muchas personas, a mi me gustaría tener un burrito como ese.
• Platero es un burrito muy humano. “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.”
• Juan Ramón Jiménez en vez de tener gato o perro tenía burro, creo que también tenía una perrita.
• Platero y yo es una tierna historia de amor de un escritor famoso hacia su burrito.
• En la casa de ese Jiménez se amontonaban los gurises solo para ver gritar el burro, que parece decía las vocales: ¡... a...e…i…o…u…!.
• El burro es como un caballo pero más chico y con unas brutas orejas.
• Jiménez se encariñó tanto con ese burrito que hasta comía con el.
• Los burros son unos animales muy inteligentes, pero igual les llaman burros.
• Los burros se parecen a los caballos, pero no son caballos.
• Ese burrito comía naranjas y también flores, la verdad es que para ser un burro pasaba muy bien.
• El autor le puso Platero porque ese burrito vale plata.
• El burrito se parece a un niño y el dueño le da besos en el hocico y dormía en su cuarto y hacía sus necesidades afuera.
• Jiménez murió en 1958 y está enterrado en Moguer junto con su burrito.
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