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  Un cultivo subterráneo... El maní
 
HISTORIA DEL MANÍ
Se cree que el maní es originario de Sudamérica. En efecto, fue cultivado por los indígenas durante siglos antes de que los europeos lo encontraran en 1500. Los aborígenes peruanos lo utilizaban como moneda, fuente medicinal y símbolo de estatus, además de alimento.

Los nativos de este último continente pronto adoptaron esta asombrosa planta y la extendieron por toda la región. Por sus notables atributos nutricionales, el maní se transformó en uno de los alimentos más tradicionales para muchos pueblos africanos.
 
En el siglo XVIII fue llevado a America del Norte por los esclavos. Sin duda fueron éstos quienes popularizaron el maní en Norteamérica hasta transformarlo en un producto infaltable de la cocina estadounidense.
 
CARACTERISTICAS
Es una planta fibrosa, originaria de América y llega a medir de 30 a 50 cm de altura. Los frutos crecen bajo el suelo, dentro de una vaina leñosa redondeada que contiene de una a cinco semillas. Al ser su fruto una cascara leñosa sin pulpa se lo considera un tipo de fruto seco.
 
CULTIVO
Se siembra a finales de primavera, y se recolecta a finales de otoño. Su cultivo se viene realizando desde épocas remotas, así los pueblos indígenas lo cultivaron, tal y como queda reflejado en los descubrimientos arqueológicos realizados en Pachacamac y otras regiones del Perú. Allí se hallaron representaciones del maní en piezas de alfarería y vasijas. En África se difundió con rapidez, siendo esta legumbre un alimento básico en la dieta de numerosos países, razón por la cual algunos autores sitúan erróneamente el origen del maní en este continente. Las cáscaras, obtenidas como subproducto, se emplean como combustible.
 
Un detalle fascinante de la planta del maní es que las flores, luego de la polinización, se hunden en el suelo y el fruto, el maní o cacahuate (una legumbre indehiscente) se desarrolla subterráneamente.  Cuando las plantas tienen unos 15 centímetros de alto, se trabaja la tierra alrededor para aflojar el suelo de manera que las espigas penetren la tierra fácilmente.
 
Luego después se forma una colina alrededor de la planta como se haría con las papas. Se formarán pequeñas flores amarillas a lo largo de la parte inferior del tallo. Después de que las flores se marchiten, los ovarios se hinchan y ahí comenzarán a crecer hacia el suelo para luego enterrarse para formar el maní.
 
Hoy en día, los principales países de cultivo son China y la India, donde se utiliza sobre todo como materia prima para la producción de "aceite de cacahuete".
 
FERTILIZACIÓN
Aunque el maní es una leguminosa y por lo tanto posee la facultad de incorporar nitrógeno atmosférico al suelo, se recomienda aplicar de 10 a 20 Kg de nitrógeno por hectárea para el establecimiento. Pueden usarse fórmulas altas en fósforo ya que sus necesidades son de 15 a 40 kg/Ha. Una aplicación fuerte de potasio puede causar disminución del rendimiento.

PLAGAS
Entre las plagas más importantes que se han detectado causando daño económicos en el maní, se encuentran:
·         Taladrador del Cuello del maní: Elasmopalpus lignosellus. (Zeller)
·         Cortadores o Rosquillas: Feltia subterránea y Agrotis repleta (F.)
·         Cogollero del maíz: Spodoptera frugiperda. Lepidoptera, Noctuidae. (S&A)
·         Gusano de la mazorca: Heliothis zea. Lepidoptera, Noctuidae (Bodie)
 

 
COMO PLANTAR MANÍ
 
La semilla de maní a utilizar debe ser adquirida en una tienda de jardinería para tener un mejor resultado. Un aspecto a tener en cuenta es que el maní debe mantenerse en su cascara hasta su plantación para asi evitar que se seque en exceso.

Las semillas por lo general se plantan en el lugar donde crecerán, sin embargo también se puede utilizar pequeñas macetas o tazas de papel de periódico con 10 cm de profundidad. Las plántulas se deben trasplantar cuando miden de 10 a 15 cm.
 
Pasos sobre Como Sembrar Mani
El espacio recomendado en lo que se refiere a como sembrar maní es de 15 a 30 cm entre plantas y de 60 a 80 cm entre las hileras de cultivo.
 
Esta planta además puede ser sembrada en macetas o recipientes similares con un diámetro mínimo de 50 cm.
 
CUIDADOS DE LA SIEMBRA DE MANÍ
Se debe eliminar a las malas hierbas ya que compiten por recursos y nutrientes.
 
Para aquellos cultivares que crecen verticales se debe amontonar la tierra alrededor de las plantas antes de que empiece la floración, para así facilitar su llegada al suelo del ovario de la flor mejorando así su productividad. La flor se marchita inmediatamente después de la fecundación e inicia la formación del carpóforo que se desarrolla a partir de la base del ovario. El carpóforo con el ovario en la punta crece hacia el suelo en respuesta a estímulos geotrópicos y termina por enterrar el fruto a profundidades variables dependiendo de la textura del suelo, aunque generalmente la mayor proporción de frutos se encuentra en los primeros 10 cm de profundidad. El fruto es una vaina indehiscente que contiene normalmente una semilla.
 
COSECHA DEL MANÍ
La cosecha de las vainas puede empezar a los 100 días hasta casi los seis meses después de empezada la siembra, este periodo varía según el cultivo y las condiciones de crecimiento.
 
La cosecha de maní se realiza cuando las hojas de esta planta son de color amarillento. Tome algunas vainas del suelo y asegúrate de que en el interior de esta presente unas venas más oscuras, esto indica que están maduros y listos para la cosecha.
 
Las plantas se sacan de la tierra para posteriormente dejarlas en un lugar protegido de la lluvia y humedad, dejando las raíces y vainas expuestas al secado durante una o dos semanas. Si la cosecha se retrasa, al momento de arrancar la planta, las vainas se desprenden y se quedan en el suelo. Después del secado, las vainas se pueden liberar de la planta con facilidad y pueden ser recogidas y almacenados en un lugar fresco y seco durante varios meses, o pueden ser retirados y utilizados inmediatamente.
 
En caso de que se desarrolle la cosecha en un lugar con mucha humedad empieza a aparecer un hongo llamado Aspergillus flavus, en especial si se retrasa el secado o se almacenen de forma inadecuada. Este hongo es un productor de aflatoxinas, una sustancia altamente tóxica y cancerígena, razón por la cual no se debe utilizar los manís contaminados con moho ya que representan un grave riesgo para la salud humana o animal.
 
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