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  Varela su vida. La pasionaria poema
 
José Pedro Varela fue el tercero de cuatro hermanos. Su padre, Jacobo Dionisio, provenía de una de las familias patricias más influyentes de Buenos Aires. Su madre, Benita Gumersinda Berro era de una familia de renombre en Uruguay. Era hermana del presidente Bernardo Berro y sobrina de Dámaso Antonio Larrañaga.

Asistió los primeros tres años escolares a una escuela mixta. Luego, cuando tenía ocho años, empezó a ir al colegio de los padres Escolapios. “Era de primera, había filosofía, había ciencia. Pero Varela fue hasta los quince años, nada más”, explicó el historiador Agapo Palomeque.
 
Según explicó el historiador Jorge Bralich, algunos Escolapios eran afines a la masonería, lo que puede haber influido a Varela en su orientación masónica. Sin embargo, su bisnieto Jacobo Varela dice tener elementos para afirmar que José Pedro Varela no era masón. 
 
El escritor Tomás de Mattos asegura que Varela no era masón por la presión de su familia, a pesar de estar casado con una mujer cuyo padre era masón católico.
 
Varela era la oveja negra de la familia. No quiso estudiar abogacía y soñaba con ser un poeta. Escribió un libro, llamado “Ecos perdidos”.
 

A los 23 años Varela partió en barco rumbo a Europa. Visita Portugal, España, Francia e Inglaterra. Desde allí viaja a Estados Unidos, país que cambiará su manera de pensar. Era normal que la clase pudiente viajara para educarse, pero el viaje de Varela fue comercial. Allí fletó dos barcos con carga para la barraca familiar, pero se le hundieron. 
 
Hay una figura que es clave en la relación de Varela con la educación, que es una pensadora norteamericana: Anne Elizabeth Dickinson. “Dice Varela en su carta ‘yo la veo hablando en el estrado con gran pasión y conocimiento, hablando de política. dominando la situación. De noche nos encontramos para cenar y es una mujer maravillosamente arreglada al 100%. ¿Dónde está aquello que me dijeron a mí que una mujer no puede educarse más porque entonces se va a convertir en un varón?'” contó a El Origen la historiadora Lourdes Peruchena. Así pone en crisis un concepto básico que decía que una mujer inteligente era un error de la naturaleza.
 
Las principales ideas que él trae desde su viaje a Uruguay: el empuje para trabajar en la educación y la necesidad de jerarquizar a la mujer.
 
  Si bien a los 15 años entró en el comercio cediendo a las exigencias de su padre, su deseo era estudiar y seguir la carrera de abogacía u otra profesión similar para lo cual se consideraba con más aptitudes. Comenzó a hacerse conocer en literatura a través de composiciones poéticas, crónicas y artículos literarios.
 
Desde setiembre de 1867 a agosto de 1868, Varela realiza un viaje a Estados Unidos y Europa, lo que dará lugar a nuevas crónicas publicadas en “El Siglo”. Dicho viaje culmina en Estados Unidos con el encuentro de Sarmiento, quien posteriormente será presidente de la República Argentina.
 
Historiadores como Ardao, afirman que si bien el encuentro con Sarmiento en Estados Unidos “encendió, más que alumbró, la que iba a ser siempre su pasión, más que vocación” (1), no debemos olvidar que existía previamente al encuentro, una fuerte preocupación por el drama educacional de su país y de su tiempo. 
 
Varela tuvo una gran actividad periodística y política. Trabajó en “El Siglo” como colaborador y en “La Paz” como redactor y director. Concebía a la actividad periodística y política como acción inseparable de la tarea educacional.
 
En el año 1868, luego de su viaje por Estados Unidos y Europa, José Pedro Varela, junto a personalidades como Carlos María Ramírez, creó la “Sociedad de Amigos de la Educación Popular”.  
 
En 1874, trascendiendo el propósito inicial y realizando un abordaje orgánico de la cuestión educacional, Varela escribió su libro “La educación del pueblo”. 
Dos años más tarde, “La legislación escolar” va a contener su desarrollo sociológico, relacionando el problema educacional con la realidad del país. 
  
En el año 1876, durante el gobierno del coronel Lorenzo Latorre, José Pedro Varela acepta el puesto de Presidente de la Comisión de Instrucción Pública de Montevideo, que luego de la supresión del Instituto de Instrucción Pública ejercía una especie de superintendencia de todas las escuelas del país. 
 
Tres meses después de ser designado Presidente de la Comisión de Instrucción Pública, Varela presentó al gobierno su proyecto de Ley de Educación Común, cuyos fundamentos teóricos constituyeron el libro titulado “La legislación escolar”. En dicha obra realizó un profundo análisis sobre las causas sociales, económicas, financieras y políticas que colocaban al país en una situación crítica y llegó a la conclusión de que era indispensable elevar el nivel de la educación popular si se deseaba superar el estado caótico y desorganizado que caracterizaba a la sociedad uruguaya.
 
El proyecto de Varela pasó a estudio de una Comisión especial, ésta realizó una reestructura del proyecto vareliano, modificándolo sustancialmente.
En el Proyecto de Ley presentado por Varela, se establece la obligatoriedad del aprender para todos los niños y niñas de 5 a 15 años. 
 
A su vez, Varela plantea que la escuela, establecida por el Estado laico debe ser laica como él. La educación que ofrece y exige el Estado no busca afiliar al niño a una comunión religiosa determinada, o incorporar a los niños a un partido político específico, sino que debe preparar al niño para la vida adulta, para la vida ciudadana. En tal sentido, el Proyecto de Ley establece la laicidad, afirmando y promoviendo el respeto a los disidentes, dado que establece expresamente que no podrá obligarse a ningún niño a que asista a la enseñanza de la Religión Católica contra la voluntad o sin el consentimiento de sus padres o tutores.   
 
Finalmente, Varela es partidario de establecer la obligatoriedad de la educación en el marco de una sociedad que la haga posible, es decir, declarando y efectivamente ofreciendo la gratuidad de la enseñanza, como medio para lograr el cumplimiento de la instrucción obligatoria.
El 24 de agosto de 1877 el órgano ejecutivo nacional supremo, el Gobierno Provisorio del Coronel Latorre, en el marco del proyecto modernizador vareliano, promulgó un Decreto-ley de Educación Común, que muy parcialmente contemplaba el proyecto elaborado por Varela. No solo en el número de artículos fue recortado el Proyecto de Ley (de 111 artículos pasó a conformar un Decreto de 55 artículos), sino fundamentalmente en su contenido más avanzado o progresista, dado que eliminó la descentralización, la democratización, por tanto la participación popular y, la laicidad, dejando de lado la problemática en torno a la enseñanza de la Religión Católica, imponiendo por el contrario, la enseñanza de dicha religión en todas las escuelas públicas, exceptuándose a los alumnos que profesaran otras religiones y cuyos padres o tutores se opusieran a que la recibieran. 
 
En el año 1877, cuando se aprueba el decreto-ley de Educación Común, Varela acepta el puesto de Inspector Nacional de Instrucción Primaria.
 
José Pedro Varela muere prematuramente el 24 de octubre de 1879, a los treinta y cuatro años de edad.
 
(1) Ardao, Arturo. Etapas de la inteligencia uruguaya. Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República. Montevideo, 1971; p. 115.
 
Referencias bibliográficas:
Ardao, Arturo. Etapas de la inteligencia uruguaya. Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República. Montevideo, 1971.
 
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