EL MATE, PASIÓN NACIONAL
El 84% de los uruguayos toma mate habitualmente
Soc. Giorgina Piani
Una leyenda guaraní cuenta que ‘una tribu nómade, momentáneamente detenida en las sierras donde nace el Río Tambay, decidió seguir viaje, quedando en el lugar un viejo indio sin ánimo ya para continuar. Su hija Yarii se quedó para acompañarlo. Una tarde el viejo recibió la visita de un desconocido, a quien el color de su piel y la ropa denunciaban como extranjero. En homenaje al huésped, el indio asó un acutí y un tambú de abundante carne y muy ponderada. Ante tales muestras de hospitalidad y afecto, el visitante, que no era otro que Tupá (Dios del Bien) premió a sus anfitriones haciendo brotar una planta de la Tierra, para que pudieran agasajar a sus invitados cuando quisiesen y al mismo tiempo, distraer las solitarias horas de su refugio’.
De esta manera el mito da cuenta del origen del mate y su significado. En Uruguay, símbolo de compañerismo y hospitalidad, es una costumbre tan arraigada que ha pasado a formar parte de nuestra propia identidad nacional.
‘Mate a mate’
La inmensa mayoría de los uruguayos mayores de 17 años toma mate habitualmente (84%). La cuarta parte ‘matea’ varias veces al día, un 29% dos veces y tres de cada diez lo hace una vez al día. El mate no distingue entre niveles socioeconómicos, sino que corta por igual a todos los estratos de nuestra sociedad.
Al haber sido adoptado en primer lugar por el gaucho, poblador de la campaña, el mate está bastante más extendido en el interior del país. Efectivamente, nueve de cada diez encuestados del interior dicen tomar mate habitualmente, mientras que en Montevideo, si bien siguen siendo mayoría, los ‘materos’ se reducen a poco más de las tres cuartas partes (76%).
Los menores de 30 años son los más ‘adictos’ a esta costumbre, sólo un 7% no toma mate habitualmente, mientras que en el extremo opuesto (mayores de 60) se encuentra el menor porcentaje de consumidores de yerba mate (68%). También se observa cierta diferencia según el sexo de la persona, los hombres suelen ser más ‘materos’ que las mujeres (88 contra 81%).
El ‘cebador’
Tanto la preparación como el cebado del mate constituyen verdaderos ritos para los entendidos que no escatiman esfuerzos a fin de cuidar todos los detalles. Cuando se comparte en pareja o en ‘rueda’, el ‘cebador’ que generalmente es el dueño de los ‘implementos materos’ (termo, mate y bombilla), es quien marca el ritmo del intercambio. La mayoría de los ‘materos’ prefieren cebar (66%) mientras que a un 29% le gusta que le ceben y una minoría del 5% dice que se adapta dependiendo de las circunstancias. Particularmente los hombres son quienes reclaman con mayor ahínco el rol de liderazgo (74 contra 59%), mientras que más de la tercera parte del sexo femenino prefiere la atención de que le ceben (35%).
‘De mano en mano’
El mate como vínculo de comunicación y aproximación entre las personas es el preferido por los tomadores que buscan la intimidad de compartir un mate en pareja o en una rueda de amigos (72%). Sin embargo, poco más de la cuarta parte de los ‘materos’ (26%) rescata principalmente las virtudes de un mate en soledad, especialmente en los momentos de reflexión o simplemente como un compañero en las horas de trabajo o estudio.
Las preferencias por los tipos de mate (solo o compartido) se diferencian según el sexo de los ‘materos’. Las mujeres muestran mayor inclinación hacia la función ‘social’ del mate, ya sea en pareja o en ‘rueda’(72 contra 67%), mientras que los hombres tienden a disfrutar más de la compañía de un mate en momentos de soledad (28 contra 23%).
Soc. Giorgina Piani