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  La cigarra o chicharra
 
Conocidas también como chicharras las cigaras pertenecen al orden taxonómico Hemiptera. Son muy comunes en todos los lugares de climas templados y cálidos. Tienen cuerpo robusto, ojos pequeños ubicados a ambos lados de la cabeza, aparato bucal masticador, cuatro alas transparentes membranosas, de las cuales las anteriores son más grandes y visibles, y las posteriores más pequeñas y quedan ocultas cuando no están volando. 

Son comúnmente reconocidas por su canto que sólo producen los machos, por la acción de su órgano estridulador ubicado a cada lado del abdomen, y que es constituido por membranas y sacos que funcionan como cajas de resonancia. Para la percepción de estos sonidos, machos y hembras están provistos de órganos auditivos timpánicos ubicados en el tórax.
 
El desarrollo de su ciclo vital se da inicialmente bajo tierra donde es bastante extenso, y luego salen un tiempo corto para reproducirse y luego morir. Las larvas permanecen ocultas bajo el suelo varios años, algunas especies alcanzar a estar allí hasta 17 años. Las ninfas se mueven activamente excavando túneles hasta sus fuentes de alimentación, que se basa principalmente en el consumo de la savia de algunas plantas, absorbiendo eficientemente extractos de las raíces. 
 
Cuando los terrenos son demasiados secos, mezclan la tierra con los líquidos extraídos para hacerla moldeable. Esta misma técnica la emplean cuando tras años de entierro están lo suficientemente desarrolladas para salir, y construyen una cámara o refugio más cerca de la superficie esperando el momento de emerger.
 
Cuando por fin salen, inmediatamente buscan ramas para trepar lo más alto posible, se aferran firmemente con sus patas y comienza otra etapa de su asombrosa metamorfosis que se hace necesaria para la nueva vida aérea. Aumentan rápidamente de tamaño y la piel que las cubría hasta el momento cede para dejar salir a la cigarra adulta y dejar atrás el exoesqueleto, inicialmente emergen la cabeza y el tórax, luego las patas y las alas que se encuentran perfectamente plegadas hasta que queda liberada por completo. A continuación las alas comienzan a desplegarse gracias a la irrigación sanguínea, y al amanecer ya se ha completado la transformación.
 
La vida fuera del suelo es mucho más corta que su prolongada existencia subterránea. Generalmente emergen en grandes concentraciones y sus cantos son escuchados por algunas semanas. Las adultas son torpes y por eso son más vulnerables ante los depredadores que no dudan en satisfacerse.
 
Ahora el objetivo es aparearse para garantizar la supervivencia de la especie, los machos atraen a las hembras con su estridente canto. Las hembras ponen los huevos fecundados introduciéndolos con su oviscapto en las grietas de los árboles y pocos días después mueren. Al nacer, las larvas o ninfas caen al suelo donde se entierran y vuelve a comenzar el ciclo.
 
 
Tomado de Nuestra tierra 15. Montevideo, 1969. Páginas 43-44.
"Las cigarras, o chicharras como también suele llamárseles, son bien conocidas por su canto, si es que se puededar este nombre a la fuerte estidulación [?] que producen, parecido, en muchos casos al ruido de una sierra mecánica u otra herramienta similar. Es más fácil oír a una cigarra que verla. La mayoría canta en las ramas de los árboles. Si el observador se guía por el sonido, con un poco de paciencia, termina por descubrirlas. Como no todos tienen el interés o la paciencia necesarios, es mucha la gente que no ha visto jamás un insecto tan común como la cigarra. No todas cantan en los árboles; algunas viven en plantas herbáceas, y hasta en matas de pasto.
Como sucede con los grillos y saltamontes, también entre las cigarras el macho es el único que canta. Pero su aparato sonoro es diferente al de los otros insectos mencionados. Se encuentra en la parte inferior del cuerpo, en la base del abdomen, y consiste en una especie de tímpano que un músculo interno hace vibrar. Las cigarras cantan generalmente en las horas calurosas del día. “Hoy va a cantar la chicharra”, dice nuestro hombre de campo, prediciendo por la mañana un día caluroso. Algunas, sin embargo, cantan de noche o tienen dos períodos definidos de canto, uno diurno y otro nocturno. Las cigarras tienen una vida adulta relativamente corta, que abarca, a lo sumo, unos pocos meses en la buena estación. Sus formas juveniles viven bajo tierra, a veces por largo tiempo, antes de transformarse en adultos. Algunas pasan en ese hábitat ocho o diez meses, otras dos o tres años, y hay una especie del continente norteamericano cuya vida juvenil subterránea dura diecisiete años. Las cigarras viven de la savia de las plantas durante toda su vida; la succionan de las raíces cuando jóvenes, luego en las partes aéreas. La mayoría de las veces no causan mayores daños, ya que el número de ejemplares no suele ser muy grande."
De Carlos S. Carbonell. “Insectos y arácnidos”. Nuestra tierra 15. Montevideo, 1969. Páginas 43-44.


 
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